Alquilamos los equipos allí mismo y dos monitores para los txikis, aunque viendo los resultados, creo que habría sido mejor los monitores para nosotros. La verdad, para ser sinceros es que alguno ya se había subido encima de esas tablas infernales, y algo ya dominaba.
Nos tiramos toda la mañana con un sol demasiado esplendido - algunos nos quemamos un poco la cara - y disfrutando arrastrandonos cuestita arriba y abajo al lado de la estación.
Luego quedamos un poco más libres cuando los txikis se fueron con los monitores y aprovechamos para desplegar todo nuestro arte por la nieve, vamos, que algunos acabamos hasta los ... de nieve, botas, palos... y encima cuando se acercaba la hora de comer empezo a nublarse y a hacer un frío que pelaba, así que cuando acabaron los peques, devolver material, comer un poco y a casita.